miércoles, 18 de enero de 2017

Clima y diabetes


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Calor
1. Controle los niveles de glucosa con frecuencia. Los cambios en los niveles de actividad y calor pueden afectar las necesidades de insulina del cuerpo.

2. Use protector solar. Las quemaduras de sol pueden afectar el cuerpo y hacer que suban los niveles de glucosa en sangre.

3. Manténgase fresco. Tómese un respiro del calor permaneciendo en la pileta durante 40 minutos dejando espacio de 20 minutos entre cada baño. Asegúrese de hacer ejercicio en un lugar fresco, o durante las primeras horas de la mañana y las horas del atardecer.

4. Proteja sus medicamentos. Mantenga sus suministros frescos y alejados de la luz solar directa. Las temperaturas extremas y la luz solar pueden tener un efecto perjudicial en los medicamentos como la insulina, y hacer que ésta se deteriore o pierda su eficacia.

5. Hidrátese. La deshidratación sobrecarga el cuerpo y afecta los niveles de glucosa.

6. Evite la cafeína y el alcohol. Tanto el alcohol como la cafeína tienen efectos diuréticos que pueden aumentar los riesgos de deshidratación.

7. Esté atento a los signos de insolación. Los signos de enfermedades graves relacionadas con el calor pueden incluir: transpiración intensa, palidez, calambres musculares, cansancio, debilidad, mareos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos y desmayos. 


Frio.
Mantén tu medicación alejada de las bajas temperaturas. Igual que el calor extremo, las bajas temperaturas pueden afectar a la insulina y provocar un mal funcionamiento de tu glucómetro. Si las temperaturas bajan de cero, no dejes olvidada tu medicación en lugares que no tengan la temperatura regulada.
El invierno es la temporada de la  gripe y los resfriados. Cuando estás enfermo, los niveles de estrés suben y el nivel de azúcar en sangre, también. Además, cuando no te sientes del todo bien, es muy probable que dejes de alimentarte adecuadamente. Para evitar caer enfermo, lávate a menudo las manos y la cara con agua y jabón. De esta manera, estarás más protegido contra los gérmenes.
Estate atento a la presencia de cetonas en la orina, sobre todo si tienes diabetes tipo 1, ya que cuando aparecen enfermedades intercurrentes como la gripe, los niveles de glucemia se alteran. Si la glucemia es superior a 250mg, es recomendable que midas las cetonas en orina, ya que puede que requieras dosis extras de insulina ultrarrápida.
Vigila el estado de tus pies cuando haga frío. Las bajas temperaturas y tu diabetes pueden agudizar la pérdida de la sensibilidad en los pies y en los dedos de los pies. Protégelos con un calzado especial para el invierno, sobre todo si vas a caminar por la nieve. Aplícate crema hidratante para mantener la piel de los pies saludable y revisa regularmente que no tengas rozaduras o pequeñas heridas que se puedan infectar.
Calienta tus manos antes de realizar la glucemia. Si tus manos están frías, puede que la lectura de glucemia no sea correcta y tengas que volverla a repetir. Lávate con agua caliente las manos antes de la prueba para que estén a una temperatura correcta.
No dejes de practicar tus rutinas de ejercicio. Sabemos que el frío puede hacer que prefieras quedarte en casa antes que salir a caminar, pero el ejercicio físico ayuda a que tus niveles de azúcar en sangre estén mejor controlados. Puedes vestirte por capas antes de salir a hacer ejercicio al aire libre, practicarlo en un gimnasio o bien optar por hacer ejercicio en casa.
Intenta estar constantemente hidratado, tanto si estás a la intemperie como si estás en zonas interiores con la calefacción encendida. Ingiere líquidos en abundancia y aplícate loción hidratante para evitar que tu piel se reseque.
En invierno puedes sentirte triste o aletargado debido a las temperaturas frías y a una menor cantidad de horas solares. Ante cualquier síntoma continuado de decaimiento, acude a tu equipo médico habitual para evitar cualquier posible desajuste de tu diabetes.

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