El parche de glucagón ZP Patch es del tamaño de una moneda. Se adhiere a la piel mediante un aplicador similar al que conocemos de algunos sensores de glucemia y a través de las microagujas que incorpora, puede elevar la glucosa y -según afirman sus creadores- recuperar a la persona de su hipoglucemia tan rápido como un kit tradicional de glucagón inyectado. Pero de un modo mucho más incruento, menos intimidante para todos y sobre todo, fácil y seguro de administrar. Actualmente se encuentra en fase 2 de ensayos clínicos y está siendo comparado con un kit de glucagón inyectado para probar si realmente es tan eficaz como este último. Si las pruebas son válidas, pasaría ya a la fase 3, previa a la solicitud de autorización a la FDA para su comercialización.
El parche de glucagón ZP Patch no necesita ser refrigerado, por lo que puede ser llevado con comodidad y discreción por cualquier persona con diabetes a cualquier parte. Sin duda, una interesante alternativa que presenta estas principales ventajas:
Evita la administración incorrecta del glucagón inyectado por desconocimiento del procedimiento.
Ausencia de miedo a la colocación por parte de la persona que lo administra.
Más facilidad para llevar siempre encima el glucagón en parche y por tanto, más seguridad para la persona con diabetes
Actualmente, además de este parche de glucagón desarrollado por Zosano Pharma, hay otras interesantes vías de trabajo sobre nuevas formas de administración de glucagón. Algunas de ellas muy próximas a su comercialización.
Entre ellas las del glucagón inhalado Locemia o las mini-dosis de Xeris, o los inyectables a temperatura ambiente de Biodel.
Fuente: DiaTribe
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